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Así fue la primera salida de campo de los estudiantes de Biología después de la pandemia

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Johan Giraldo

Creado por: Johan Giraldo

La mañana del 17 de febrero no sería igual para los profesores Danny Rojas, Ángel Vale y los estudiantes de la carrera de Biología. La incertidumbre del retorno a las clases por la coyuntura del Covid-19 y las dudas sobre las salidas de campo en la Universidad fueron temas de discusión por meses, parecía no tener final. Sin embargo, algo cambió. Con el aval de la Alcaldía de Cali y la Secretaría de Salud Municipal se autorizaron las actividades académicas fuera del campus con medidas que deberían ser acatadas por la Universidad y los profesores que programen estas salidas.

Biología fue el primer programa en la Javeriana Cali en ser autorizado para realizar las salidas de campo. Esto significó tener en cuenta aspectos obligatorios para que la excursión fuera exitosa: informar a los estudiantes de las asignaturas sobre la salida, crear un protocolo de bioseguridad para la actividad fuera del campus, realizar una visita previa del lugar a visitar; una logística grande que involucró al decano de la Facultad, al director de la carrera y el comité de bioseguridad de la Universidad. Entre todos, concretaron los elementos que debían tener en cuenta para esta actividad. De hecho, se entregaron kits de bioseguridad a cada estudiante y profesor para los dos días (17 al 19 de febrero) que estarían fuera de la ciudad.

Se logra la actividad, pero se respetan las medidas de bioseguridad. Esa era la principal preocupación del decano de la Facultad, la vicerrectora académica y el rector de la Universidad.

Los profesores eligieron un lugar dentro del Departamento, a unas dos horas de Cali en carro. Era el escenario perfecto para realizar las investigaciones; su entorno simulaba una selva, contenía un ambiente tropical, diferentes hábitats, un bosque lluvioso y una biodiversidad muy alta. Se trataba una reserva llamada Valparaíso, un predio privado que no implicaba una situación de riesgo, pero que, además, contaba con una buena infraestructura para recibir a los estudiantes y profesores.

El camino a la felicidad

Esta experiencia de los estudiantes de Biología dibujaba sonrisas en cada uno; después de un año, largo, complicado y difícil, era un rayo de luz que motivaba su sed de conocimiento. Para algunos, quizá, fueron las dos horas y media de viaje más placenteras y no era para menos, se reencontraban con el conocimiento.

Una vez en Valparaíso, los docentes tenían lista la dinámica para los dos días. Inicialmente, se trabajó con dos grupos de animales vertebrados (aves y murciélagos) para analizar varios elementos: cómo se diferencian en tamaño, cómo se diferencia las aves en los picos, qué dieta siguen, esto con el fin de entender cómo las adaptaciones tanto estructurales como funcionales terminan conformando comunidades que se ven en el bosque lluvioso de la costa pacífica colombiana. Una vez clara la tarea, los estudiantes se dedicaron a explorar los lluviosos espacios de la selva, cada paso, cada vista a un árbol revelaban sorpresa, entusiasmo y alegría. Lograron ver diferentes especies de aves y así recolectar información para procesar.

"Esta salida de campo fue una oportunidad para afianzar los conocimientos teóricos de una asignatura tan importante para nuestra formación como lo es Forma y función animal. Lo mejor es que no solo aprendimos sobre esta materia, tuvimos la oportunidad de afianzar más conocimientos de otras asignaturas. Por eso, desde mi apreciación, estas actividades prácticas son de gran relevancia para una carrera tan diversa y compleja como la Biología; y así como esta área deben de existir muchas más que funcionen de manera similar", explicó Juan Andrés Medina Gallo, estudiante de la carrera.

La mañana, la tarde y la noche se convirtieron en escenarios de observación. La naturaleza se encargó de enseñar sus maravillas a los estudiantes tuvieran todo para procesar, quién puede cambiar un despertar en la mañana con los cánticos de las aves?, quién no quisiera hacer lo que ama en el escenario perfecto?, ¿quién no apreciaría los extraordinarios murciélagos? No importó la lluvia, el frío en la noche, ni siquiera el constante uso del tapabocas ni ceñirse a los protocolos de bioseguridad. Para ellos, fue una transportarse al lugar que les recuerda porqué eligieron Biología.

Esta experiencia es un hito en la Universidad. La prueba piloto demostró que el compromiso por aprender está por encima de todo. La llegada de la pandemia significó muchos retos, cambió por completo el sentido de la academia. Por eso, esta salida de campo probó que la sed por el conocimiento y las ganas de aprender son elementos motivadores en nuestros estudiantes. “La carrera de biología tiene una parte muy importante para los estudiantes que corresponde a las salidas de campo. Para mí las salidas de campo hacen parte fundamental de nuestra formación profesional porque nos permiten aplicar lo que vemos en las clases. Muchos nos sentimos frustrados ya que por la pandemia estas actividades debieron suspenderse. Pero se pudo llevar a cabo la salida a la reserva Valparaíso en la que aprendimos mucho, todo gracias a los protocolos de bioseguridad que implementó la universidad y que nos aseguramos de cumplir de forma responsable. Por eso tengo la esperanza de que se reanuden las actividades en campo”, comentó Dora Julieth Chávarro Chávarro, estudiante de séptimo semestre de Biología.

El regreso a casa

En el día de regresar a casa, las caras de cada uno mostraban agotamiento, pero una sonrisa escondida por vivir esta experiencia. Los profesores podrían ver que, a pesar de la lluvia, las madrugadas o el trasnocho, tenían una razón de ser: el aprendizaje. "La salida no era solo cumplir, se trataba de cumplir si o sí porque en la formación de un biólogo tiene que haber un componente práctico, tanto en el laboratorio como en el campo, estar en contacto con la biodiversidad y con los distintos procesos originados por los seres humanos y ver su impacto en el ecosistema", contó el profesor Danny Rojas.

Sentados en su silla, mirando la ventana y viendo la naturaleza de regreso era imposible no remontarse a lo vivido minutos antes. Mientras algunos se dormían en el bus, otros no paraban de apreciar sus fotos de las aves, murciélagos, insectos, esperando regresar a casa para contar todo lo que hicieron.

Sin duda, esta fue una prueba exitosa. Tanto estudiantes como profesores lograron coexistir bajo los lineamientos que implicaba llevar a cabo esta salida y nos enseñaron el compromiso por el aprendizaje, apreciando los esfuerzos de la Universidad. Hoy podemos decir que esta primera actividad fuera del campus será una referencia para las futuras experiencias de los grupos de estudiantes con prácticas externas.

 

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